En la antigua China, un plebeyo llevó una gema para ofrecérsela a un funcionario. El funcionario se negó a aceptar. El hombre dijo,
“El joyero me ha informado de que es una gema de gran calidad. Por eso decidí ofrecérsela. Sería un gran honor si la aceptara”. El funcionario dijo: “Tienes una piedra preciosa auténtica. Mi falta de codicia también es una joya. Si acepto tu regalo, ambos perderemos. ¿No es mejor que lleves tu gema a casa, de esa manera ambos todavía tendremos nuestros tesoros? * * * * * Los antiguos sabían cómo vivir: la gente de abajo estaba agradecida con los de mayor estatus, quienes a su vez los cuidaban como si fueran de la familia. Como consecuencia, el país estaba en paz y era próspero. Además, la gema en su corazón vale muchas veces lo que la gema en el exterior. |
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Octubre 2021
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